sábado, 25 de agosto de 2007

NOTA A LA MADRE (del libro Natacha) Luis María Pescetti.

Acá les dejo algo para leer este fin de semana gris y entibiar el corazón con la tierna Natacha de Pescetti.





Mami te dejo esta nota para que no te preocupes porque la heladera no cierra bien porque la dejamos así a propósito porque nos sacamos para hacer un sándwiche pero justo que no sé cómo apoyamos mal y se resbaló entonces como no se rompió del todo con pati dijimos que mejor lo arreglamos o lo tiramos total era un plato más viejo que no sé qué y entonces cuando cortamos el pan que el rafles viste como es estaba mordiendo de la fuente con carne y lo retamos pero es más porfiado porque no nos dimos cuenta de que se estaba comiendo la carne y yo le dije rafles si te portás así te vamos a tener que ir de la casa un día menos pensado y pati lo vio cuando se medio quería esconder una milanesa y lo retamos y lo castigamos para que aprenda a educarse pero él se hacía el que no nos oía porque se seguía comiendo la milanesa con unas ganas que qué le importaba ¿no? y se había escondido abajo de tu cama entonces no lo podíamos educar hasta allá porque pati se quiso meter y después casi no sale ¡una risa mami! y cuando se terminó la milanesa el rafles salió con la cara medio triste pero movía la cola así como si medio se reía un poco pobre ¿no? y le dijimos que no se hiciera el gracioso con la cola si se seguía portando así mal lo íbamos a castigar pero se siguió portando bien entonces el premio le dijimos que de premio lo íbamos a sacar a pasear y yo le dije gato gato y el empezó a ladrar como un loco ¿viste mami como se pone a ladrar cuando uno le dice gato gato? es mas zonzo porque se cree que uno vio un gato en serio pero si él ya sabe que no vimos un gato ¿para qué nos hace caso? ¿se cree que los gatos nos importan igual que a él no? y cuando le dije ¡gato gato! se puso a ladrar como un loco y corría de una punta a la otra y en un sin querer le pegó a la lámpara que por poco casi se cae al piso si no fuera que pati la atajó por suerte pero entonces el rafles la ladró jugando porque él se creía que estábamos jugando y pati la zonza se asustó de verdad y ahí fue cuando se le cayó la lámpara no fue culpa de rafles toda toda pero pati dijo que ella no tenía la culpa y que vos te ibas a enojar y yo le dije que no porque era porque lo estábamos educando de premio pero ella me discutió y yo me enojé y le discutí pero al rafles qué le importaba ¿no? y se estaba comiendo otra milanesa en la heladera entonces por eso la dejamos abierta para que se le salga el olor a perro porque se medio metió mucho adentro a buscar la milanesa porque la fuente se había caído atrás de la ensalada y tiró del frasco ése por eso la dejamos abierta y ya volvemos enseguida lo estamos educando al rafles a dar una vuelta a la cuadra te quiero los corazones me ayudó pati a dibujarlos pero son míos más.


Fuente: www.luispescetti.com

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es la primera vez que leo algo de Luis Maria Pescetti, la verdad quede fascinada con la publicación "Nota a la madre". Me gustaria llegar a su libro.
Gracias ale besitos!

Alejandra Levrand dijo...

OK Oriana haré lo posible porque llegués al libro.
Un beso.
Alejandra

Alejandra Levrand dijo...

Me equivoqué, en lugar de porque era "para que" llegués al libro.
¡Cuántas metidas de pata últimamente!
Alejandra.

Anónimo dijo...

Jajaj ale la verdad que si... pero de los errores tmb se aprende ... no?
eso me lo enseñast vs!

jaja

suert en todo bso!

oriana

Anónimo dijo...

Pobre rinoceronte


(Del libro ¡Buenísimo, Natacha!)

- Pati, ¿te acordás cuando fuimos al zoológico, que comparamos la jirafa y el rinoceronte y la jirafa medía como tres metros más? (Natacha).

- ¡Ay, sí! que nosotras decíamos que qué vivos, ¿por qué no paraban en dos patas al rinoceronte.
- Porque lo defendíamos, pobre, ¿no? Tenía una cara así, como de que nadie lo defendía, pobre ¿no? Me hacía acordar al Rafles.
- Sí, pobre… si no fuera tan grande yo me llo llevaría a casa, para cuidarlo (Pati).
- Pero tenés que tener un lugar con mucha agua.
- Y bueno, Nati, pero que él se acostumbre un poco, también, sino qué vivo, ¡todo yo!
- Y, al principio sí, Pati, porque encima que lo sacás del zoológico, le pedís que se aguante sin agua, ¡va a estar más perdido!
- ¡Y bueno, Natacha! ¡Pero si lo estoy salvando, que se aguante un poco!
- ¡Pero preparále un poco de agua, Pati! ¡¿Lo vas a llevar y que se quede seco?!
- ¡No, pero yo no digo siempre, así un ratito, mientras consigo agua, nena!
- ¡Ah, y bueno, aclará, Pati! ¡Para qué hablás!
- ¡¿Y qué “para qué hablo”?!
- ¡Callate, nena!
- ¡Callate, vos, Natacha, mejor!
- ¡No, vos!
- ¡No, vos!
- ¡Callate vos, que sos la que quiere dejar seco al rinoceronte!
- ¡Pero qué decis, Natacha, tarada! ¡¿Y vos?! ¡Que el otro día te olvidaste de sacarlo a pasear al Rafles!
- ¡Pero ¿qué comparás, Pati, por una vez que me olvidé?!
- Aaaaaaaaaahhh… y bueno, ¿y yo no me puedo demorar un poco para conseguir agua?
- ¡BUSCÁLE TODA EL AGUA QUE QUIERAS, PATI! ¡QUÉ ME IMPORTA SI SE QUEDA SECO!
- ¡NATACHA SOS UNA EGOÍSTA Y LO ÚNICO QUE TE IMPORTA ES EL RAFLES!
- ¡NO, PERO NO DIGO QUE LO VOY A AYUDAR Y DESPUÉS NO LE DOY AGUA!
- ¿¡Y QUIÉN DIJO QUE NO LE VOY A DAR AGUA?! (Pati).
- ¡Y BUENO, ENTONCES DECÍME QUE LO VAS A AYUDAR Y LISTO!
- ¡MÁS BIEN QUE LO VOY A AYUDAR, TARADA!
- ¡SI LO VAS A AYUDAR NO ME GRITÉS! ¡TARADA VOS, PATI!
- ¡SI VOS SOS LA QUE ESTÁ GRITANDO, NATACHA!
- ¡PERO PORQUE VOS NO PARÁS, NENA!
- ¡Y BUENO, NENA, PARÁ, ASÍ PARO DE GRITAR!
- ¡PARÁ VOS PRIMERO!
La madre de Natacha se acercó al cuarto, alarmada:
- Chicas, ¿se puede saber por qué se están peleando?
- Ay, mamá ¿no ves que estamos jugando? (Natacha, muy calma).
- … (socorro socorro).

Powered By Blogger